Miguel y el Icaro que lleva dentro
Dice que todo salió de un sueño... no sé si creerle.
No sé si pensar que soñaba dormido o que lleva toda su vida soñando despierto y fue entonces... cuando soñaba despierto, que se vió a él mismo volando con unas alas enormes y hermosas, que se extendían mientras él permitía que el viento jugara con él.
Creo que estuvo volando un rato cuando descubrió lo mucho que le gustaba irse en picada contra el mar, tal cual lo cuenta Juan Salvador Gaviota... A Miguel no sólo le gustaba que sus alas fueran rozando las aguas del mar, le gustaba más volar hacia el sol, elevarse siempre cada vez más alto y cuando comenzaba a sentir el miedo que siente la cera cuando el fuego comienza a derretirla se dejaba caer en picada, dándo círculos y elevando la velocidad hacia el mar.
Nadie sabe por qué lo hace, sin embargo yo creo que esa es la forma en la que le gusta vivir a él y lo respeto...
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