Las pocas y muchas razones que el hombre tiene para morir

martes, noviembre 11, 2003

He visto en la tele una serie de ficción...a veces es difícil diferenciar una historia creada por la mente humana que pudiera ser real de una que tenga uso de la despreciable irrealidad.
Los personajes son muertos, ‘no-muertos’ que se dedican a sacarle el alma a los vivos segundos antes de morir...lo que significa que liberan las almas para que el crudo acontecer de la muerte no lo sientan sino como una caricia.
En la historia hay una ‘no-muerta’ que se niega a quitarle el alma a los demás a pesar de que ese es su trabajo hasta que le explican lo que pasa con los humanos a los que no les es retirada el alma en el momento en que llega su muerte: es sencillo siguen con vida, respiran y su corazón no deja la inercia de latir continuamente...pero se marchitan por dentro y nunca hay nada para ellos.
Después de esa explicación, me quedé pensando...si ese podría ser mi caso, estar tan cerca de la muerte y no irte...seguir con vida, con la inercia y un camino si rumbo, sin historia...existiendo como un paréntesis sin importancia en la vida...y acabar por resignarte a que aunque duela eso no acabará.
Aún recuerdo el instante...cruzaba una calle a las 8 de la mañana y ya iba tarde a la escuela...dos metros antes de llegar a la esquina cruzando la calle, me atravesó un pensamiento: “¿qué pasaría si en este instante pasara un auto?”, después de eso no recuerdo absolutamente nada, excepto que cuando abrí los ojos nuevamente había un remolino de nubes ante mis ojos, cuando al fin logré enfocar, sólo supe que seguía ahí por alguna extraña razón que aún hoy desconozco, la gente me miraba y nadie se acercaba a decir nada...bañada en sangre me levante para apreciar que a algunos metros de mí había el cuerpo de alguien más que había logrado hacer que esquivara el golpe para recibirlo él.
Ambos seguimos respirando, el corazón aún no se nos detiene. Seguiré preguntándome si ese no debió ser el final...o si fue el final pero al no detenerse ha seguido adelante sin reservarnos una historia importante.

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