Los motivos para odiarte
Desconozco si el odio es motor del amor o al menos su cura… probablemente la negación de todo amor sea la declaración perfecta de odio con sus múltiples razones.
Hoy, tengo muchas razones para odiarte, la primera de ellas, por tu miserable cobardía, porque apenas puedo yo cargar con mi cobardía para además cargar con la tuya…
Mi segunda razón, y no por eso mucho menos importante, es porque he aprendido a amar con temor, porque sé que mientras más se ama, se genera una distancia que kilométricamente me aleja. Por eso aquella extraña preferencia de no amarte… para tenerte siempre cerca.
Como podría no odiarte… cuando tengo que quitarle el sentido a tantas cosas, porque nunca nada importa, nunca nada pasa, todo desaparece cruel y efímeramente. Ya no deshojo margaritas… prefiero arrancarle una a una, las plumas a un par de alas por cada cosa que no importa
Y te odio también por las palabras que nunca dices y por la forma en la que desapareces.
Sin duda te odio más, por negarme todas esas historias, las que podríamos vivir y las que por cierto nunca existirán.
Y al escribirte todas las razones que tengo para odiarte me doy cuenta que ni siquiera eres real, que sólo has formado parte de una realidad imaginaria que siempre quise que se empapara un poco de realidad.
Etiquetas: El amor de mi vida en alguna versión
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