Las pocas y muchas razones que el hombre tiene para morir

martes, julio 22, 2003

Viaje, día 4, La Antigua, Guatemala.

No sé si salí huyendo de casa o de mi propia vida. Después de cuatro días y estar en 11 diferentes lugares, confirmo que lo más lejos que llegaría es a Guatemala, pues además estoy aquí de indocumentada.

En el viaje me acompaña 'Gabito', o tal vez debería decir Don Gabriel García Marzquez...ojalá estuviera en persona, pero no...es un simple libro que me ha acompañado en largas horas por las carreteras. Me ha contado la tórrida historia de amor entre sus padres, que era el nieto consentido de su abuelo y que desde muy joven quería ser escritor.

También me develó un secreto que me ha sorprendido mucho, tiene una ortografía del carajo y lo acepta sin empachos...creo que desde hoy sentiré menos verguenza de olvidar poner las rayitas encima de las letras.

Es curioso pues no sé si yo ya estoy muy mal de mi cabeza pero su historia y la historia de este viaje han sido similares, una parte importante de su niñez la pasó oyendo cosas de la United Fruit Company, una compañía bananera...en la sierra de Oaxaca veía bananas verdes apoltronadas en un rincón de la casa de Verónica una niña muy amable de La Cumbre en Oax, y pensaba que eran los mismos plátanos de la historia de Gabito.

La pobreza me ha llegado y como él, he hecho una o dos comidas al día tratando de sobrevivir con pocos pesos, qué difícil.

Me brinqué olimpicamente todas las obras de Gabito, porque me daban miedo o hueva, aún no lo sé, pero con lo que me ha contado creo que me iré de atrás para adelante.

Estoy embotada con eso de querer escribir.

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