La historia del trapecio y su trapecista
El oficio de trapecista, seguramente no es fácil. Habría que aprender a vivir con el miedo al vértigo hasta poder disfrutarlo.Y un día, tomar con toda fuerza el trapecio y balancearse con gran felicidad, aferrado a nunca soltar las manos aunque el dolor y el cansancio pudiera vencerlas.
Y sin ser suficiente, el trapecista debía dar un paso más adelante mientras se balancea, creer en sí mismo, soñar un poco, sentir esa necesidad de volar y cerrar los ojos con mucha fe, y al volverlos a abrir... Dejarse caer y que al mismo tiempo, el impulso haga que sus manos se topen con el otro trapecio.
Tal vez sólo sea como volar un momento, o como dejarse caer en el intento de encontrar el otro trapecio, tal vez sea la caída para levantarse e intentarlo de nuevo.
Eso es lo que quiero averiguar...
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