Las pocas y muchas razones que el hombre tiene para morir

martes, octubre 21, 2003

Los rumores constantes y molestos que se aglutinan uno a uno en mis oídos se han vuelto todo un malestar contínuo...parecen no disminuir, no acabarse... una voz y otra y otra...nadie se escucha entre sí, nadie se escucha así mismo.
Estamos en un tiempo de sordera y de ruido.
Quiero guardar silencio y ser congruente.

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