Hoy vivo un periodo grave de misantropía declarada y aceptada por mí misma sin juicio alguno.
Tal vez, no sea precisamente odio lo que hay en mí, pero he preferido amablemente hacer una línea y guardar distancia de los demás.
Los demás, probablemente, no sean responsables de lo que me sucede...sin embargo...su responsabilidad radica en que nadie ha notado lo mucho que me duelen algunas cosas de las que ellos forman parte. No podría culparlos de mis terribles sentimientos, pues de la totalidad de mis sentimientos, la única responsable soy yo, pues por voluntad propia he decidido cuanto querer a la gente, cuanto extrañarla, cuanto admirarla y cuanto he usado la ensoñación esperando vivir una vida que sólo existe en mi cabeza.
Dependiendo todo de mí, he decidido que es más sencillo mantenerme al margen...que empaparme de los demás...la disculpa y explicación suena fácil y cobarde, pero me declaro culpable de haber creído en los demás y haberme equivocado una y otra vez...entonces acepto también que decidí marchar por el camino difícil, ya me canse...ya me decepcioné y a la chingada.
Y no culpo a nadie, aquí la única culpable soy yo; y porque estoy harta lo expreso...finalmente que pueden pensar de mí? que la amargura me corroe? que he decidio morir socialmente? que no puedo evitar ese odio mezclado con asco que en ocasiones me provoca la gente que me rodea. Tal vez lo piensen, lo murmuren o lo digan, pero hay algo certero...ya me cansé de mis propias máscaras...de ser buena, sociable, tolerante y tonta...no seré lo contrario simmplemente he olvidado donde dejé la disposición y me he detenido a preguntar si alguien ha notado lo mal que me siento.
Hace dos días, me encontraba con una cadena atada a una computadora de bolsillo haciendo una presentación a unos 'jóvenes' para invitarlos a formar parte de un grupo...cuando digo jóvenes me refiero a una edad aproximada de 12 años... pues bien, vi a solas la presentación y me reí mucho...después caí en la cuenta y sentí mucho dolor. La presentación estaba hecha con frases aspiracionales y profundamente vacuas...las imágenes demostraban la mayor infelicidad, injusticia y dolor que pueden ser transmitidas por una foto...y al principio pensé que tal vez podría funcionar en aquellos jóvenes que venían a cambiar el mundo.
Poco a poco se fue llenando la sala y yo sólo los miraba con cierta curiosidad...en ese momento pensé que Mafalda tenía mucha razón...vivimos la vida al revés...deberíamos nacer ancianos saliendo de un ataún desde dentro de la tierra para ir rejuveneciendo...tener 60 años, voltear la cara y saber quien es el amor de tu vida porque lo ha sido siempre...pasar los útilos días y llegar a los primeros de un amor que al rejuvenecer se olvidará porque la inexistencia se apoderará de él...llegar a la juventud parapara encontrar los excesosy así llegar a la inocente infancia para terminar en el inico, en el vientre de una madre...en la casualidad de el tórrido encuentro de un óvulo y un esperma...en la distancia...en la nada y finalmente en la tranquila inexistencia. Pero no...todo lo hemos hecho al revés y tengo que aceptar que la adolescencia es una etapa horrible.
Volviendo a la sala...los jóvenes poco a poco se fueron sentando...los encargados les hablaban tratando de llegar a sus conciencias y ellos vocíferaban, susurraban y cerraban sus oídos (ni que decir de sus almas), entonces empezaron la presentación...como si fueran retrazados mentales...les explicaron una a una cada diapositiva...luego volví a poner la presentación con una canción de fondo que la televisión ha malbaratado, pero que en realidad es hermosa... yo tenía un nudo en la gargante entre ver a los ancianos abandonados...los niños desnutridos y sin casa, los niños explotados, la guerra y esas mamadas de las que está lleno el mundo...y ellos no se inmutaron...la diferencia entre ellos y yo...es que hace mucho tiempo que perdí la fe en cambiar el mundo...y se supone que ellos tendrían aún esos sueños, ilusiones y demás jaladas adolescentes a flor de piel...pero me equivoqué...no participaron con fuerza y sus voces no eran ni sinceras y mucho menos auténticas...entonces la narradora del evento hizo uso de la palabra I N D I F E R E N C I A...y nadie supo a ciencia cierta el significado...eso realmente me sorprendió, pues no sólo no conocen el significado...ejercen la indiferencia todos los días y nadie ha tenido el detalle de presentarselas...no lo han notado...no les importa...su hoy es lo único que tienen, pasarla chido y mirar con lástima esas fotos...lo único que les queda es compadecerse de los demás con suma indeferencia... salí de la sala pensando desde cuando me duele la indiferencia a mí y fue hace más tiempo de lo que ellos podrían imaginarse.
Hay un hombre sentado en una habitación muy pequeña, frente a él hay dos puertas...una que dice:
NO SALIR
y otra que dice:
NO ENTRAR
hay que elegir...
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