Las pocas y muchas razones que el hombre tiene para morir

jueves, septiembre 21, 2006

La inminente ausencia

A mi tío Ale

Si puedo decir algo...
si puedo decir algo sobre la muerte...
esa tan extraña presencia en mi corazón...
que sabe que ese miedo no se irá...
que sabe que rondando siempre ha de estar...

La vi venir de frente
y pensé que ahora...justo ahora no debería de temer,
porque en las despedidas hay que abrazarse hasta que llega el momento de separarse para siempre... y así fue.

Hoy todavía pienso que que aún no se ha ido y que tampoco ha de volver.
Y lo encuentro en cada cosa de la casa...
pero pienso y aún no sé,
como explicarle a sus perros que ya no va a venir...
que su dueño el que compartía cada cosa que comía con ellos ya no volverá.
No he podido decirle a sus rosas que ya no vendrá a cortarlas...
Y las zarzamoras se sienten un poco ignoradas... he pasado junto a ellas y no he podido decirles que él sabe que siguen creciendo pero que ya no vendrá a saludarlas cada mañana.
Las palomas se preguntan donde está... si ya no volverá... si aquel hombre que paseaba en bicicleta por las calles, detrás del cual ellas volaban siguiendo su camnio...no volverá a aparecer un buen día por esa puerta.
Aún no sé como decirles que él no volverá, que tomó el camino del viaje eterno.
Que ya no está, pero que no habrá día que no lo recordemos y que con un poco de esperanza creamos que al salir el sol...ahí estará sentado en la mecedora esperando por nosotros.

Etiquetas: